PROYECTO

El Hall de Neptuno

La playa es un espacio amplio y abierto donde el calor y el agua invitan a explayarse, con un exceso de relajación en el comportamiento, hábitos y vestimenta. Son escenarios estivales donde salen a relucir lo mejor y lo peor del ser humano. Y lo hacen, además, de una forma perversa.

Sea la playa que sea, siempre podemos encontrar ejemplos típicos que se destacan en el ecosistema de nuestras arenas nacionales. Gentes que vienen con ganas de días de relax, ricos o pobres, que se igualan al pisar la ardiente arena de la playa. Dejar a un lado las preocupaciones de la vida cotidiana y desconectar, es el objetivo perseguido por todos.

Lo bueno del verano es, sin duda, el destape. Pero no solo el corpo- ral, también el espiritual. La playa es un lugar de miradas indiscretas y descaradas hacia cuerpos esculturales, sobredimensionados, en top less, o que presentan cualquier tipo de elemento llamativo ya sea de carácter corporal o de vestimenta.

El verano loco corre por nuestras venas quemadas por el sol y el vino. Somos una fina línea que divide la sobriedad de la locura, sin saber muy bien el lugar que ocupamos nosotros.